Cargas innecesarias

“Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”
Mateo 11:28 RVR

CARGAS INNECESARIAS

Antes de realizar el viaje a Ecuador duré días pensando qué llevaría en mi maleta, qué era necesario para la tarea que iba a realizar. El 22 de abril de 2019 salí de casa, llevaba una maleta grande y una caja de cartón mediana, ese era mi equipaje, lista para un largo viaje por tierra.
La caja estaba llena de libros de teología, de comunicación, motivacionales y uno que me gusta mucho y no lo quise dejar; llevaba muchas fotocopias, guías de trabajos interesantes sobre comunicación, libros y guías para la Escuela Dominical, módulos del estudio bíblico que realizaba en ese tiempo, colores, marcadores, hojas de colores, papel bond bien dobladito, CD’s, agendas de la Universidad, un micrófono portátil y un programador.
La caja pesaba pero, sentía que llevaba lo necesario; sin embargo, estando allá hubo libros que ni siquiera saqué de la caja y guías que no usé.
El 22 de diciembre del mismo año, nuevamente preparaba la maleta, en esta ocasión para devolverme a casa y, ahí estaba la caja, ¿y saben qué? estaba más llena, ahora necesitaba otra más grande porque había coleccionado más guías, fotocopias y trabajos; debía hacer algo, viajaría en avión y me cobraban un excedente por la caja, así que debí revisar y desechar “lo que no servía” (que fue muy poco porque siempre pienso que todo me va a servir para algo). Pagué una suma considerable por mi equipaje para llevarlo completo. Estando de nuevo en casa revisé lo que traía y comprendí que pude haber regalado algunos libros y módulos que hubiesen servido más a otras personas, pues aquí los podía conseguir de nuevo.

¡La vida en esta tierra es para caminar ligeros! En ocasiones cargamos con muchas cosas en nuestras espaldas: temores, amarguras, recuerdos y ansiedades que no nos dejan avanzar al propósito de Dios. Y cuando Él nos permite revisarnos, creemos que esas cargas son necesarias y nos negamos a renunciar a ellas. No comprendemos que estamos en continuo movimiento hacia cosas más grandes que Dios quiere darnos.
Revisemos constantemente lo que no nos deja continuar, aquellas cosas que hacen más pesada nuestra vida y entreguémosle a Dios lo que nos pesa, lo que nos cansa y de seguro viajaremos ligeros sin pagar de más por lo que llevamos.

¿Qué cargas te atreves a entregar hoy a Dios?

@YusmaryCastroSantos

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Yusmary Castro Santos

Comunicadora social y periodista.